Lola Fernández.- Ayer Gervasio Sánchez, periodista y fotógrafo de El Heraldo de Aragón y 20Minutos (Grupo Henneo), Premio Nacional de Fotografía, Premio Ortega y Gasset y Premio Cirilo Rodríguez, realizó una de esas clases magistrales de Periodismo, que nadie debería perderse, denunciando públicamente todo lo que había pasado en esta pandemia del Covid19 en España y que poca gente llega a conocer de verdad, porque no se cuenta en los medios. Explicó que cuando saltó la Covid19 empezó a leer un libro sobre la Gripe Española de 1918, pero en las primeras páginas, lo dejó abruptamente, se colgó su cámara al hombro y decidió cubrir la información recluyéndose en su estudio y alejándose de sus seres queridos.
Gracias a ello, se convirtió en un espectador imprescindible, relatando todo lo que había vivido en Madrid y en Zaragoza, con uno y otro gobierno, para ofrecernos la cruda realidad que como periodista de guerra en los peores conflictos del mundo, sabe contar mejor que nadie. “En ningún sitio del mundo, ni en la pandemia del ébola en África, había visto antes que se dejara morir a la gente sin un protocolo de acompañamiento, morir con tanta soledad, sin tener unos brazos queridos, como ha ocurrido en este país y sin ayudar a los familiares”, arremetió sin miramientos, sin la boca pequeña y con la valentía que tanto le caracteriza.
Comprendió que algunos compañeros periodistas con patologías y familia no quisieran exponerse al virus, pero denunció que fueran los directores de los propios medios quienes hubieran abogado por el “Nuevo Periodismo Casero”, realizado tras una pantalla, sin dejar ir a la trinchera a quien quisiera. Lo dijo todo en la sesión “Los medios de comunicación ante la crisis de la Covid-19”, organizado por la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), que viene a ser como un Consejo Profesional que reúne a todos los Colegios y Asociaciones de Periodistas de España.
No fue el único. El también periodista y presidente de la Asociación de Periodistas de Salud, Alipio Rodríguez, tampoco se quedó corto. Señaló la censura y la autocensura “lamentable” que ha aceptado la profesión como un mantra. “Los periodistas hemos vivido la pandemia en la distancia y nos hemos autocensurado para trasladar una verdad que no hiciera tanto daño”, ha explicado el propio Alipio. “Difícilmente podemos ser creíbles sí aceptamos la censura que se nos impone y la que nos imponemos. Contar la verdad es la esencia de nuestro trabajo”, añadió.
“En este sentido, también reivindico el derecho del periodista a acudir a la fuente de información que yo quiera y no la que los organismos me impongan. Con la pandemia me ha ocurrido que llamaba a un hospital de la Comunidad de Madrid para hablar con un médico e impedírmelo excusándose en el permiso de la Consejería de Salud. Tras obtenerlo me pasaban con otro facultativo más políticamente correcto”, argumentó Alipio Rodríguez.
Lo que ocultan los medios
¿Por qué se oculta todo esto? ¿Por qué no se dice en los medios de comunicación para que todo el mundo lo sepa? En la profesión, el dicho “perro no come carne de perro” es algo que está al orden del día y se evita denunciar a medios que imponen a sus redactores unas normas más blandas o una autocensura, así como la aceptación tácita de todo lo que impongan los poderes fácticos. Otra gran verdad es que los medios están cada vez más politizados, perdiendo las grandes cualidades del periodismo.
De hecho, el envío de preguntas al Gobierno un día antes de la comparecencia de sus miembros, la limitación de movilidad en el Congreso, las ruedas de prensa sin preguntas o las entrevistas pactadas en las que no sólo se decide qué y quién contesta sino también el periodista que va a preguntar resulta una constante que todos los medios aceptan a pesar de dañar la imagen de la profesión, la libertad de expresión y el periodismo de calidad.
El veterano periodista, de 61 años, Gervasio Sánchez junto con Esther López Palomera, Adjunta a la Dirección de Diario.es y Alipio Rodríguez, presidente de la Asociación de Periodistas de Salud, alzaron ayer la voz valientemente para exigir que los medios no asistan a ruedas de prensa sin preguntas. “Invito a que no vayan”, explicó Palomera, quien además alertó de lo que está sucediendo en el Congreso con la excusa de la pandemia.
“Antes de la Covid-19, en el Congreso estábamos 20 ó 25 medios, que hacíamos libremente nuestro trabajo y podíamos movernos por cualquier sitio. Todo cambió cuando los presos del Procés tuvieron que ir a coger sus Actas, momento en el que se empezaron a limitar los espacios. Luego tras la Covid19 se implantó un sistema basado en que cada medio podía tener sólo un redactor y debería avisar con un día antes de que iba a acudir, con un cupo limitado y la limitación de circulación por los diferentes dependencias”, denunció Esther López Palomera, quien ha solicitado al presidente de FAPE que denuncie este encorsetamiento.
Ante eso, la propuesta de todos los periodistas asistentes al foro pasa no sólo por la denuncia sino por advertir públicamente que tal político ha solicitado las preguntas antes, que ha quitado tal o cual cuestión incómoda, y que, además, ha pedido que acuda este periodista y no éste otro. Si eso viera la luz a la opinión pública, seguramente nadie querría exponerse a tal bochorno.