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Nuevas ayudas a autónomos y ERTES

Lola Fernández.- Ayer el Consejo de Ministros aprobó y amplió nuevas medidas para autónomos y afectados por ERTE, así como trabajadores fijos discontinuos. Durante esta pandemia, la gran mayoría de gestorías y asesorías han tenido que estudiar a fondo las referencias de los Consejos de Ministros, así como los nuevos Reales Decreto Leyes si querían ofrecer una información fidedigna a sus clientes. En este proceso de cambios legislativos a las firmas jurídicas se les abre una nueva oportunidad para ganar cuota de mercado gracias a la comunicación personalizada. No se trata únicamente de crear Newsletters difíciles de comprender, sino de hacer números. Aportar valor.

Así, si el nuevo Real Decreto Ley expone que las ayudas a autónomos sólo se otorgarán a  aquellos que puedan acreditar la suspensión total o caída de ingresos del 75% del cuarto trimestre de 2020 con respecto al del año anterior, una gestoría debería aprovecharlo para contabilizarlo y llamar a quienes se pueden beneficiar de esta nueva medida. Una asesoría ya sabe qué tipo de cliente va a tener que suspender la actividad y ahí es cuando debería ser proactivo contactando inmediatamente con el afectado y proponiéndole una solución.

Lo mismo tendría que repetir con un empresario abocado a un ERTE. Le deberá informar de las nuevas prórrogas de los ERTES pero también de las consecuencias de acogerse a ellos, como por ejemplo, que en seis meses no podrá despedir ni contratar a nadie, ni solicitar horas extraordinarias, ni realizar externalizaciones, ni repartir dividendos a sus accionistas ni mudarse a paraísos fiscales.

La comunicación personalizada será lo que distinguirá a una buena gestoría de otra y, en este sentido, los clientes clave se convertirán aquellas pymes y autónomos supervivientes, que no cuentan con departamentos jurídicos en los que sustentarse. Habrá que preguntarse: ¿Sobrevivirán los autónomos, pymes, empresas y trabajadores más débiles a esta pandemia? ¿Cómo podremos ayudarles?

Para que a un autónomo le salga a cuenta permanecer en activo tiene que realizar números. Tomando en cuenta que una cuota mínima de un autónomo a la Seguridad Social asciende a 283 euros, a lo que hay que sumar el IVA trimestral -unos 1.000 euros al mes para una facturación de 3000 euros con cero gastos-, el desembolso rondaría los 1.283 euros mensualmente, es decir, que se quedaría con unos ingresos de 1.700 euros netos.

Aunque la caída de ingresos por culpa de la pandemia ha ido paralela a la reducción de pago del IVA, muchos autónomos siguen en el agujero y de ahí que las ayudas y las exoneraciones a la Seguridad Social se hayan visto como el único salvavidas en esta compleja situación. El artículo 17 del RD 8/2020, de 18 de marzo, de medidas urgentes extraordinarias para hacer frente al impacto económico y social de la Covid-19 estableció una ayuda que resultaba  diferente a la conocida como “paro de los autónomos”, especialmente indicada para aquellos que hubieran visto suspendidas sus actividades o reducidos sus ingresos en, al menos, el 75%.

La prórroga y ampliación hasta el 31 de enero de 2021 de esta ayuda para autónomos, que el Consejo de Ministros decidió incluir ayer en el Real Decreto Ley de medidas sociales en defensa del empleo, sin duda traerá un cierto alivio. Aquellos que puedan acreditar la suspensión de la actividad o una reducción en la facturación durante el cuarto trimestre de 2020 de al menos el 75% en relación con el mismo periodo de 2019 podrán solicitarla. Para cobrarla no será necesario darse de baja en Hacienda y la Seguridad Social, ni seguir pagando la cuota de autónomos.

Nueva ayuda para autónomos

Pero no será lo único. Además, el Gobierno ha creado una nueva prestación extraordinaria por bajos ingresos siempre y cuando la facturación en el último trimestre de 2020 no supere el Salario Mínimo Interprofesional (SMI), unos 950 euros. La cuantía de esta prestación que recibirán los autónomos será del 50% de la base mínima de cotización y estarán exonerados de abonar las cuotas y les computará como cotizados.

También se beneficiarán los autónomos de temporada, siempre que hayan cotizado un mínimo de cuatro meses entre julio y diciembre de 2018 y 2019, no hayan superado los 23.275 euros de ingresos en 2000 y no haber desarrollado actividad o no haber estado dado de alta o asimilado al alta desde el 1 de marzo al 31 de mayo. En estos casos, la cuantía de esta ayuda será equivalente al 70% de la base mínima de cotización e incluye la exoneración de las cuotas.

Estas prestaciones comenzarán a devengarse con efectos el 1 de octubre de 2020 con una duración máxima de 4 meses. Para ello, la solicitud se deberá presentar dentro de los primeros 15 días naturales de octubre. De no ser así, los efectos quedarán fijados para el primer día del mes siguiente que se presentó la solicitud.

ERTES prorrogados

Para los trabajadores en ERTE se mantendrán los importes de las prestaciones y la cobertura hasta el 31 de enero de 2021. La base de cálculo se mantendrá en el 70% de la base reguladora y el 50% una vez transcurridos los seis primeros meses. Se podrán acoger a ellos las empresas de cualquier sector que vean impedido el desarrollo de su actividad como consecuencia de las nuevas restricciones o medidas adoptadas a partir del 1 de octubre de 2020, tanto por autoridades naciones como extranjeras. En dicho caso, la exoneración en sus cotizaciones a la Seguridad Social durante el periodo de cierre y hasta el 31 de enero de 2021 serán diferentes según el mes y el número de trabajadores, como se indica en la siguiente tabla:

 Oct 2020Nov 2020Dic 2020Enero 2021
Menos 50 trabajadores100%90%85%80%
Igual a 50 o más90%80%75%70%
Exoneración de ERTE a la Seguridad Social, en función de plantilla y mes.

Entre el 5 y 19 de octubre tendrán que presentar las solicitudes. Los trabajadores fijos discontinuos podrán recibir también prestaciones si no han sido afectadas por un ERTE y se establecen mejoras en la prestación por desempleo para las personas que tienen un trabajo parcial.

Por todo ello, una buena comunicación jurídica, puede ser muy importante para que el cliente (autónomo, pyme, empresa) considere que los gastos de gestorías son más bien unos ingresos.

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Comunicación crisis

El 13% de la red Linkedin se ve en ERE tras veranear

El 51% de los profesionales de la Red Social Linkedin que contestaron a una pequeña encuesta sobre las expectativas del empleo tras las vacaciones cree que volverá al trabajo, pero teletrabajando. Al contrario que un 13% de los mismos, que confiesa que posiblemente se verá inmerso en un Expediente de Regulación de Empleo (ERE), despedido o se quedará sin trabajo.

En una encuesta realizada vía Linkedin durante las dos últimas semanas sobre las sensaciones que poseen los trabajadores o profesionales a la hora de retomar su actividad laboral tras el periodo estival, una amplia mayoría –el 51% de los mismos que ofrecieron sus respuestas- se decantó por “la vuelta al cole” con la fórmula del teletrabajo. Sólo un tercio de quienes respondieron a las preguntas -el 31% de los mismos- piensa que su opción más probable será la de volver a la tarea, desde la oficina, despacho o sede.

Esta aproximación nos deja una realidad optimista y es que el 82% de quienes contestaron a sus expectativas dentro del mercado laboral tienen la sensación de que tras el esparcimiento de agosto volverán a trabajar, mientras que un 18% intuye que su actividad se paralizará. La vuelta, eso sí, no ocurrirá con la fórmula tradicional del despacho y las reuniones en la oficina, sino con el teletrabajo como algo aceptado en la nueva realidad.

Esta situación me lleva a recordar una entrevista que realicé años atrás a un joven emprendedor que había puesto en marcha una APP de empleo y trabajaba sin oficinas, sólo con su ordenador, por todo el mundo. Fue él quien me señaló que el gran gasto que asumen algunas firmas invirtiendo en costosas sedes suponía un coste de lo más absurdo, sobre todo, cuando el trabajo se podría desempeñar desde cualquier parte del mundo, únicamente con el ordenador.

Quizás la intuición de aquel joven se haga ahora realidad y las empresas, especialmente las que están integradas por profesionales, sopesen ahora más que nunca si les conviene desembolsar esos grandes alquileres o les resulta más favorable invertir ese dinero en otro asunto. Un dato que se podría corroborar observando el precio de alquiler de oficinas en los próximos meses.

Menos ERTE´s, más ERE´s

Pero la pandemia dejará, por lo que se observa en la encuesta, una nueva realidad con un repunte del paro, no tanto por la paralización temporal, como ocurrió tras la irrupción de la Covid-19, sino por la caída de ingresos. Del 18% de quienes asumen que no tendrán actividad, sólo un 5% prevé que seguirá en ERTE, en un expediente de regulación temporal de empleo. El resto, empieza a asumir una situación aún menos halagüeña.

Únicamente un millón de trabajadores se encuentran todavía en ERTE´s y aunque parece ser que el Gobierno podría ampliar esta figura más allá del 30 de septiembre como lo había previsto, al menos, para los sectores más afectados por el parón de la actividad, todo parece indicar que pocos optaran por esta opción.

El hándicap se encuentra en que los empresarios que se acojan a un ERTE no pondrán asumir despidos en los seis meses siguientes a esa decisión, según establece su regulación, y eso parece podría frenar un poco las expectativas de este instrumento y favorecer otros, como el Expediente de Regulación de Empleo (ERE), donde la pérdida del puesto de trabajo es definitiva.

Dado que la Reforma Laboral realizada por el PP de Mariano Rajoy dejaba sin tener que justificar demasiado la causa de un despido colectivo -bien podría sustentarse simplemente por causas organizativas y sin tener que obtener el visto bueno de la Autoridad Laboral pertinente-, puede que muchos empiecen a tantearlo para garantizar la viabilidad del negocio y la salvación de otros puestos de trabajo.

En esta pequeña encuesta, con una muestra de 53 personas, el 13% de los que contestaron abogaron a que éste será su futuro más próximo después de terminarse el veraneo. Comunicar un ERE a la sociedad es lo peor que puede acontecerle a una compañía. Cierto es que a veces se hace para permitir la continuidad, pero no deja de ser algo durísimo y de muy difícil ejecución. Por eso mismo, la comunicación de un ERE requiere especialización en esta materia y profesionales que sepan la legislación, los tiempos y contratiempos, pero eso será motivo de otro post…

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