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El 13% de la red Linkedin se ve en ERE tras veranear

El 51% de los profesionales de la Red Social Linkedin que contestaron a una pequeña encuesta sobre las expectativas del empleo tras las vacaciones cree que volverá al trabajo, pero teletrabajando. Al contrario que un 13% de los mismos, que confiesa que posiblemente se verá inmerso en un Expediente de Regulación de Empleo (ERE), despedido o se quedará sin trabajo.

En una encuesta realizada vía Linkedin durante las dos últimas semanas sobre las sensaciones que poseen los trabajadores o profesionales a la hora de retomar su actividad laboral tras el periodo estival, una amplia mayoría –el 51% de los mismos que ofrecieron sus respuestas- se decantó por “la vuelta al cole” con la fórmula del teletrabajo. Sólo un tercio de quienes respondieron a las preguntas -el 31% de los mismos- piensa que su opción más probable será la de volver a la tarea, desde la oficina, despacho o sede.

Esta aproximación nos deja una realidad optimista y es que el 82% de quienes contestaron a sus expectativas dentro del mercado laboral tienen la sensación de que tras el esparcimiento de agosto volverán a trabajar, mientras que un 18% intuye que su actividad se paralizará. La vuelta, eso sí, no ocurrirá con la fórmula tradicional del despacho y las reuniones en la oficina, sino con el teletrabajo como algo aceptado en la nueva realidad.

Esta situación me lleva a recordar una entrevista que realicé años atrás a un joven emprendedor que había puesto en marcha una APP de empleo y trabajaba sin oficinas, sólo con su ordenador, por todo el mundo. Fue él quien me señaló que el gran gasto que asumen algunas firmas invirtiendo en costosas sedes suponía un coste de lo más absurdo, sobre todo, cuando el trabajo se podría desempeñar desde cualquier parte del mundo, únicamente con el ordenador.

Quizás la intuición de aquel joven se haga ahora realidad y las empresas, especialmente las que están integradas por profesionales, sopesen ahora más que nunca si les conviene desembolsar esos grandes alquileres o les resulta más favorable invertir ese dinero en otro asunto. Un dato que se podría corroborar observando el precio de alquiler de oficinas en los próximos meses.

Menos ERTE´s, más ERE´s

Pero la pandemia dejará, por lo que se observa en la encuesta, una nueva realidad con un repunte del paro, no tanto por la paralización temporal, como ocurrió tras la irrupción de la Covid-19, sino por la caída de ingresos. Del 18% de quienes asumen que no tendrán actividad, sólo un 5% prevé que seguirá en ERTE, en un expediente de regulación temporal de empleo. El resto, empieza a asumir una situación aún menos halagüeña.

Únicamente un millón de trabajadores se encuentran todavía en ERTE´s y aunque parece ser que el Gobierno podría ampliar esta figura más allá del 30 de septiembre como lo había previsto, al menos, para los sectores más afectados por el parón de la actividad, todo parece indicar que pocos optaran por esta opción.

El hándicap se encuentra en que los empresarios que se acojan a un ERTE no pondrán asumir despidos en los seis meses siguientes a esa decisión, según establece su regulación, y eso parece podría frenar un poco las expectativas de este instrumento y favorecer otros, como el Expediente de Regulación de Empleo (ERE), donde la pérdida del puesto de trabajo es definitiva.

Dado que la Reforma Laboral realizada por el PP de Mariano Rajoy dejaba sin tener que justificar demasiado la causa de un despido colectivo -bien podría sustentarse simplemente por causas organizativas y sin tener que obtener el visto bueno de la Autoridad Laboral pertinente-, puede que muchos empiecen a tantearlo para garantizar la viabilidad del negocio y la salvación de otros puestos de trabajo.

En esta pequeña encuesta, con una muestra de 53 personas, el 13% de los que contestaron abogaron a que éste será su futuro más próximo después de terminarse el veraneo. Comunicar un ERE a la sociedad es lo peor que puede acontecerle a una compañía. Cierto es que a veces se hace para permitir la continuidad, pero no deja de ser algo durísimo y de muy difícil ejecución. Por eso mismo, la comunicación de un ERE requiere especialización en esta materia y profesionales que sepan la legislación, los tiempos y contratiempos, pero eso será motivo de otro post…

Fuente imagen: Vector de Personas creado por pikisuperstar – www.freepik.es

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Comunicar en tiempos de pandemia


En una situación de crisis sanitaria, como la que actualmente padecemos por culpa de la pandemia y donde está en riesgo lo más importante de la existencia: la vida, la planificación de una estrategia resulta más que imprescindible. Cualquier empresa u organismo público puede encontrarse de la noche a la mañana con el estallido de una alarma por la Covid-19 que puede dar al traste no sólo con su reputación sino con algo más serio, su inocencia o culpabilidad ante los juzgados por negligencia, y además, por qué no mencionarlo, con la viabilidad futura.

Por todo ello, quien ostenta el máximo cargo dentro de una institución o compañía debería haber establecido en estos momentos un protocolo empresarial de riesgos laborales como medida de prevención y mantenerse informado al minuto de lo que está ocurriendo para evitar dejar nada a la improvisación. Dependiendo de la actividad desarrollada, planificar un Plan de Riesgos Laborales resulta hoy vital y corresponde más a los técnicos realizarlo e informar puntualmente a las autoridades sanitarias de su Comunidad Autónoma.

Dicho plan deberá ser conocido por toda la organización pero especialmente por la Dirección de Comunicación, entre cuyas, misiones se encuentra el diseño y la ejecución de una estrategia para informar a la sociedad a través de los medios de comunicación de cómo se va a gestionar esa crisis, en caso de ocurrir. De la diferencia entre hacerlo bien o mal va a depender la reputación y sensibilidad de una firma u organismo.

Mostrar conocimiento y rapidez en la gestión otorga no sólo tranquilidad a la sociedad en su conjunto, al resto de los trabajadores, a las autoridades sino también a la propia empresa. Una crisis no se puede dejar para mañana por mucho que se esté en pleno agosto de vacaciones, sea fin de semana o se encuentre uno ausente librando. Hay que afrontarla con determinación y resolución, lo antes posible si no deseamos que el asunto se nos vaya de las manos.

1.- Antelación y rapidez

Por lo tanto, agilidad y determinación serán dos de los atributos que deba ostentar cualquier Dirección de Comunicación, pero esto no es posible si antes no se han trazado las líneas generales de un Plan de Crisis. Diseñar un Plan de Comunicación de Crisis requiere tiempo. No se puede realizar cuando la compañía ya está inmersa en una situación complicada, sino que se debe elaborar con antelación. Mi recomendación será siempre un mínimo de tres meses y, en este sentido, me gustaría aclarar que, aunque es difícil sospechar qué tipo de contingencia se va a dar, sí se puede predecir una complicación y elaborar las pautas de comportamiento.

Habrá asuntos que sean más predecibles que otros, como el cierre de una empresa, un ERE, un ERTE, o una huelga de trabajadores. Pero otros no menos importantes también se pueden pensar, como un incendio, un robo, un desastre natural, un brote de pandemia, una intoxicación, un producto defectuoso, etc. Se trata de tener capacidad de empatía y aunque no haya sucedido, pensar que diríamos si sucediera, cómo actuaríamos.

2.- Coordinación de los mensajes

Tener este Plan de Comunicación y distribuirlo entre los principales directivos será un manual de instrucciones muy útil para tener todos los mismos mensajes. No se trata de manipular a los directivos ni imponerles qué deben decir, sino más bien ayudarles.

Cuando uno está inmerso en un momento de crisis, resulta evidente que no se puede pensar como uno lo haría en un momento de tranquilidad. Los nervios son malos compañeros de las acertadas decisiones. Resulta común ver dudar a los directivos en proceso inesperado que ni en sueños se hubiera imaginado y si no, pensemos: ¿Quién se iba a imaginar antes de que ocurriera que un virus iba a paralizar el mundo? ¿Quién vaticinó que unos aviones iban a derrumbar las Torres Gemelas? ¿O iban a estallar múltiples vagones trenes en Madrid o autobuses en Londres? Sinceramente nadie y, sobre todo, con tantísimas víctimas mortales.

A toro pasado, todo el mundo podrá decir que ya se veía venir, pero no es cierto. Los momentos impredecibles, son eso, impredecibles, porque nadie los había previsto con antelación. Sin embargo, la actual pandemia provocada por la COVID-19 nos sirve para aprender y establecer protocolos de actuación y planes de comunicación de crisis para reflexionar los casos más insospechados…el cierre de la empresa, el fallecimiento del máximo responsable, el despido de los trabajadores, la paralización de una construcción, la salida de un mercado determinado, el contagio de la plantilla…para después de pensar eso, meditar sobre cómo anunciarlo sin causar más daño del ya ocasionado.

3.- Creación de escenarios

El Plan de Comunicación de Crisis debe, por tanto, contener todos los escenarios posibles: Muy Positivo, Positivo, Neutro, Negativo y Muy Negativo.

Corresponderá a la dirección, discernir qué situación sería cada uno de ellos, pero la Dirección de Comunicación puede ayudar estableciendo que actuaciones se podrán realizar y cómo se podrá contar a la sociedad para tranquilizar a la población y dar imagen de seguridad y control.

No hay que escribir un libro sobre ello. Se trata de diseñar un folio. De nada sirven, miles y miles de páginas confusas donde en un momento de crisis y nervios resulta difícil de encontrar, sino que basta con un folio con cinco casillas correspondientes con los escenarios, sus actuaciones y sus mensajes.

Tener claro este folio, sólo un folio, pensado cuando estábamos tranquilos en la oficina, sin las miles de llamadas de teléfonos que se producen durante una crisis ni los billones de correos electrónicos, puede ahorrar mucho tiempo, disgustos y ansiedad, y también dinero. Ya les aviso que no es fácil pensar a largo plazo, pero las mentes se pueden adiestrar. Tener previsto el peor escenario posible para su organización o empresa, le aseguro que le dará mucha tranquilidad y, si luego no pasa nada o todo sucede mejor de lo que se ha previsto, pues entonces no lo dude. Échese al sofá a descansar.

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